Discontinuidades litológicas y paleosuelos enterrados
Las relaciones genéticas entre el substrato geológico y el suelo sobreyacente, así como las relaciones entre los horizontes del suelo, puede ser puesta de manifiesto por la mineralogía de esta fracción.
Discontinuidades litológicas
La valoración de la homogeneidad del material de partida constituye una base previa imprescindible para evaluar la evolución de determinados parámetros edáficos.
La homogeneidad/heterogeneidad del material de partida puede ser puesta de manifiesto mediante métodos de análisis texturales y mineralógicos (BARSHAD, 1955; BREWER, 1964). Los métodos mineralógicos se basan en la distribución de un determinado mineral estable e inmóvil (cuarzo, circón, turmalina, rutilo,...), o mejor mediante la variación de la razón entre dos minerales estables en función de la profundidad. Estos análisis se han realizado generalmente en las fracciones arena fina y limo (HASEMAN y MARSHALL, 1945; BARSHAD, 1955; BREWER, 1964; SUDOM y ARNAUD, 1971; EVANS y ADAMS, 1975). Debido a la dificultad que encierran estos métodos, dado el escaso contenido en minerales estables (excluido el cuarzo) en los suelos, la mayoría de los investigadores se han inclinado por analizar determinados elementos químicos que se suponen exclusivos de ciertos minerales estables: Zr para circón y Ti para rutilo, principalmente (ALEXANDER et al., 1962; FANNING y JACKSON, 1967; CHAPMAN y HORN, 1968; SUDOM y ARNAUD, 1971; EVANS y ADAMS, 1975).
Pero de igual manera se puede utilizar la mineralogía de la fracción arena gruesa para tratar de evaluar las posibles discontinuidades. De los minerales encontrados en las arenas de los suelos españoles, solamente el cuarzo, los feldespatos y las micas se han presentado en suficiente cantidad como para ser útiles para este fin.
La mineralogía de las arenas gruesas de suelos que no muestran discontinuidades ha sido encontrada o muy homogénea, o bien presentando cambios graduales. A veces, aún no existiendo discontinuidades, la mineralogía ha cambiado bruscamente en determinados horizontes debido a la acumulación de minerales de nueva formación, principalmente calcita y yeso.
Frecuentemente las discontinuidades se detectan más por cambios texturales que por cambios mineralógicos.
Las discontinuidades debidas a cambios de la mineralogía de las arenas han sido encontradas mucho menos representativas de lo que en un principio se esperaba. En algunos pocos casos se ha encontrado un cambio radical en la mineralogía de las arenas
pero en general, los cambios de mineralogía han sido mucho más sutiles, debido generalmente a variaciones en las proporciones relativas entre dos minerales específicos
o en los rasgos morfológicos de un determinado mineral.
Sin embargo, a veces, no existe una clara relación entre los cambios texturales (puestos de manifiesto por los % de gravas y/o por la razón arena/limo) y las discontinuidades en la mineralogía de la fracción arena gruesa.
En general, las discontinuidades se ponen fácilmente de manifiesto en la mineralogía de las arenas de los suelos poco evolucionados, pero son más difíciles de detectar conforme los suelos van siendo más evolucionados.
Horizontes enterrados.
La presencia de horizontes enterrados en un perfil (discontinuidades edáficas) puede también ponerse de manifiesto por cambios en la mineralogía de la fracción arena gruesa.
De los 120 suelos analizados en este estudio, sólo tres de ellos presentan perfiles mixtos, con paleosuelos enterrados en la parte inferior del perfil, y en los tres casos encontrados la mineralogía de esta fracción ha mostrado cambios de moderada a fuerte intensidad
Pero la posible utilidad de la mineralogía de las arenas para poner de manifiesto la presencia de disconuidades edáficas es de esperar que no siempre muestre esta resolución, ya que la bondad de esta técnica va a depender fundamentalmente de similitud/disimilitud entre los materiales aportados y los correspondientes al paleosuelo, así como de sus grados de evolución respectivos.